lunes, 27 de septiembre de 2010

ETAPA 0: El Traslado - SUMUM PORTUS

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Domingo 26 de Septiembre de 2010: El Traslado

Comentario del día: Si les decimos a los medievales que en el Siglo XXI ciertos individuos se iban a desplazar 900 Km en coche para dedicar sus esfuerzos en regresar a pie al punto de partida ¿Qué pensarían? ... Que hay mucho "colgado" por ahí suelto ... ¡Pues eso!

Puerto de Somport (Sumum Portus), 1.640 m. de altitud: 1ºC de temperatura en el exterior. Albergue Aysa, dormitorio Las Hayas: Calefacción y calor asfixiante. A las 22.30 h. estábamos los cinco ocupantes del dormitorio metidos en el saco, en silencio y con la luz apagada (yo pensaba relajadamente que en ese momento todavía no tenía ningún sueño) cuando surgió un monstruo de la más profunda oscuridad. Se manifestó de repente, surgiendo del silencio más absoluto, con un violento quejido lastimero seguido de varios ronquidos que más parecían los estertores de un elefante en celo y, repitiendo el mismo ritual varias veces, nos puso a todos en guardia... Otra vez apnea, quejido lastimero, ronquidos atronadores... Ya parará, pensábamos confiados...

Al cuarto de hora de rotas las hostilidades decidí rebuscar en la mochila los tapones antirronquidos que había preparado para la ocasión, pero demostraron ser totalmente inútiles ante semejante nivel de decibelios. El resto de ocupantes del dormitorio parecían totalmente acomplejados, nadie reaccionaba ante tamaña agresión... Ya se cambiará de posición, seguían pensando confiados...

Cuando la duración del ataque se acercaba a la hora y media, ya sólo tenía una idea en la cabeza... ¡Huir, huir, huir...! Hacia las escaleras, hacia el baño, hacia la sala de estar... ¡En cualquier sitio menos en ese infierno! Cogí mi saco de dormir y, a oscuras, me fui a investigar por todo el albergue: ¡Tiene que haber alguna habitación vacía con camas libres!, pensé. Sala Anayet... Cerrada. Sala El Aspe... Cerrada... Sin darme por vencido seguí recorriendo los pasillos a tientas y, cuando había perdido toda esperanza, me percaté de que al fondo había una puerta abierta... La sala Midi D´Ossau estaba ocupada pero ¡Tenía una cama libre! ¡Mi salvación! Además, en su interior la temperatura era bastante agradable, un puntito fría... Era mi oportunidad y allí me trasladé con armas y bagajes.

Al cabo de un rato de haberme aposentado, el frío se hacía más intenso, casi cortante... ¡La ventana está abierta! ¡Pero si en el exterior debemos de estar ya a bajo cero! Aguanté un rato más hasta que me levanté a cerrarla con sumo cuidado de no hacer ruido. Nadie esbozó ni un solo gesto. Todos dormían... Me quedé plácidamente traspuesto un rato hasta que de nuevo sentí que el frío me cruzaba la cara... ¡La ventana estaba otra vez abierta! Fui a buscar una manta, la eché por encima del saco y me cubrí "hasta las cejas" con todo lo que pude. Entre esto y los monstruos salidos de las profundidades abisales ¡Bendito sea el aire puro y la paz que reina en las altas montañas! Y dormí...

¡Si es que hay mucho colgado suelto por estos lares!

Nota: Mi agradecimiento a Carlos y Aurora por haberse prestado a llevarme al lugar que elegí para iniciar el camino. Si no hubiera sido así tendría que haberme buscado la vida de una forma algo más complicada.



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1 comentario:

Anónimo dijo...

Te sigo crakkkk.Un saludo de javi tvg.